Naked House en Kawagoe, de Shigeru Ban



Shigeru Ban irrumpió hace veinte años en el panorama internacional por su ingeniosa utilización de tubos de cartón. Construyó rápidamente campamentos para refugiados de los terremotos de Kobe y Turquía, ha fundado una ONG que colabora con las Naciones Unidas en la reconstrucción de las casas de pescadores derruidas por el tsunami en Sri Lanka, y ha levantado campamentos en Ruanda construidos también con cartón para ayudar a paliar la deforestación. En la actualidad acaba de inaugurar en Nueva York el Museo Nómada, una inmensa estructura con contenedores de mercancías apilados que alberga la exposición fotográfica de Gregory Colbert, Cenizas y Nieve.
Todas estas nuevas formas de construir que no ponen en peligro las condiciones naturales constituyen una constante en su obra; una investigación que, además, siempre ha acompañado la búsqueda de nuevos modos de habitar: El "arquitecto de papel" - como se le conoce a Shigeru Ban - ha proyectado una casa "desnuda" de compartimentaciones, como respuesta al encargo de una vivienda que tenía que fomentar los vínculos entre los miembros de una familia compuesta por tres generaciones.

Espacio para la familia
Esta extensa familia tenía un terreno en Kawagoe, un pequeño pueblo a las afueras de Tokio, donde la acelerada vida de la ciudad deja paso a la calma de un paisaje con invernaderos y campos de arroz que se extienden a lo largo del río Shingashi. En este contexto japonés, resulta un privilegio poseer un terreno capaz de contener una casa de más de cien metros cuadrados. Ante tal ocasión, el cliente decidió explorar al máximo la importancia de un espacio común en la vivienda donde los miembros de las diferentes generaciones pudiesen comunicarse y relacionarse.
Siendo también parte de la cultura del cliente, se podría argumentar que el arquitecto tomó como un dato de partida el particular significado que el pensamiento tradicional japonés otorga a la palabra "morada": ésta simboliza el tejado, que es la puerta entre la tierra y el cielo. Consecuentemente, el tejado expresa la atmósfera del lugar y es precisamente junto a los techos donde los pensamientos tienen mayor amplitud.
Más aún, el delicado suelo de la casa tradicional japonesa se entiende como una plataforma que forma parte del mobiliario. Es un referente similar al de las paredes en las viviendas occidentales, junto a las que tendemos a sentarnos. En Japón el polo de atracción es el suelo y uno se sienta, más que andar sobre él. La vida en las casas japonesas se genera con movimientos que acarician el suelo, desde el tumbarse hasta el desplazarse a gatas. El suelo también gana énfasis con las formas horizontales, las puertas correderas y las mamparas móviles, además de las líneas negras que marcan los límites de los lugares específicos de acción; todo un listado de elementos que dirigen la atención al suelo como un lugar de comunicación.
Entre el suelo y el techo, la vivienda se fundamenta primordialmente en la espiritualidad. Es el espacio donde el alma se nutre sin distracción alguna de ornamentos ni de influencias externas - una idea que deriva del Budismo Zen y de su creencia que el conocimiento se obtiene con reflexión y revelación.

Una casa desnuda de habitaciones
Trabajando con el requisito de las distintas generaciones fundiendo sus vidas, Shigeru Ban Architects respondió con una nave traslúcida que contiene un espacio único común sobre el cual las áreas de privacidad se reducen al mínimo. El espacio íntimo de cada miembro de la familia lo organizan cuatro cubículos, a modo de dormitorios móviles, que proporcionan privacidad. Las tres generaciones comparten de ese modo una casa que toma modelos de referencia tan opuestos como la estancia de cuatro tatamis y medio - que es la unidad básica de la arquitectura tradicional japonesa - y el "loft" - que es el resumen de un ideal residencial, occidental y metropolitano, que renuncia a la compartimentación frente al interés de un lugar espacioso.
El espacio neutro de la nave se organiza y transforma al desplazar los cuatro dormitorios, que pueden incluso ser sacados al jardín a través del gran ventanal en la fachada oeste. Por ello, y por enfatizar el movimiento de los cubículos al hacer sus ruedas muy visibles, la superficie del suelo refuerza el carácter de lugar de comunicación.
En el extremo opuesto de la casa, junto al porche que sirve de aparcamiento, se agrupan el aseo, la zona de lavandería y el vestuario, que guarda la ropa de todos los miembros de la familia para evitar así unos armarios que impedirían los movimientos de las cajas dormitorios. La cocina está en un lateral de la nave y separada de la zona de estar por medio de una cortina.
Con un aspecto similar al de los invernaderos vecinos, el cerramiento traslúcido fue diseñado para proteger la privacidad de la familia de posibles miradas desde la carretera. Si el exterior del armazón de madera, que conforma la estructura de la casa, está revestido con plástico transparente ondulado y reforzado con fibra de vidrio, su interior está cubierto con una tela de algodón sujeta con Velcro para facilitar su limpieza. El problema para Shigeru Ban fue encontrar un aislamiento térmico que permitiese el paso de la luz. Siguiendo una vez más con su interés por introducir nuevos materiales en la construcción, y tras ensayar con materiales variopintos tales como virutas de madera o residuos de papel reciclado, se decidió rellenar la cámara existente entre los dos planos de cerramiento con hebras de poliestireno extruido que se utilizan habitualmente para empaquetar fruta en Japón. La única exigencia para apropiar este producto fue la de tener que impregnarlo en un líquido retardador de fuego y empaquetarlo en bolsas transparentes de vinilo que fueron selladas y clavadas a la estructura de madera. Con la excepción de los cubículos, que están construidos con cartón marrón ondulado, el interior de toda la casa disfruta de la misma luz blanquecina a la existente en antiguas viviendas japonesas con mamparas de papel de arroz.
De la misma manera que la casa tradicional japonesa no está pensada como una vivienda permanente sino como un lugar donde sus habitantes permanecen temporalmente hasta que cambia su realidad; la Naked House está proyectada como un espacio único que describe el curso de la vida como agua de un río, que nunca permanece quieta y que adopta innumerables formas.

Pie de fotos:
a. Shigeru Ban (n. 1957), arquitecto.
b. El espacio neutro de la nave puede organizarse y transformarse moviendo los dormitorios, que pueden también ser sacados al jardín. (Fotógrafo: Hiroyuki Hirai)
c. La Naked House (2000) está rodeada por los campos de arroz del río Shingashi. (Fotógrafo: Hiroyuki Hirai)
d. Según la cultura tradicional japonesa, los pensamientos tienen amplitud de espacio junto a los techos. (Fotógrafo: Hiroyuki Hirai)
e. El poliestireno extruido, compuesto muy utilizado en Japón para empaquetar la fruta, fue adoptado como material de construcción para lograr un cerramiento que fuese traslúcido a la vez que aislante.
f. Evolución de la casa a lo largo del día.
g+h+i. El interior de toda la casa disfruta de la misma luz blanquecina a la existente en antiguas viviendas japonesas con mamparas de papel de arroz. (Fotógrafo: Hiroyuki Hirai)