Can Lis y Can Feliz, de Jørn Utzon



Nos contaba recientemente Jørn Utzon lo mucho que se sorprendió, a comienzos de su carrera, al saber que el célebre arquitecto sueco Gunnar Asplund murió de estrés. En su lecho de muerte, Asplund le preguntó a su hijo si todo el esfuerzo había merecido la pena.

Estas palabras volvieron a la mente de Utzon mucho más tarde cuando, tras nueve años de trabajo diseñando y construyendo su proyecto ganador de la Ópera de Sydney, decidió dimitir por no recibir un trato de respeto profesional por parte del ministro de Obras Públicas. En este punto, Utzon nos seguía recordando: "Estábamos bajo presión para hacer algo extraordinario. Y por ello, precisamente, el proyecto fue odiado por su enorme coste, que superaba al estimado". Desde entonces él nunca ha vuelto a Australia para ver su obra acabada; el edificio que, además de haber sido el más fotografiado del siglo XX, constituye el centro de artes escénicas internacional más activo, con más de tres mil representaciones anuales, unas audiencias que alcanzan los dos millones de personas, y que está abierto las veinticuatro horas del día a lo largo de toda la semana, excepto los días de Navidad y Viernes Santo. Al preguntar al arquitecto por el motivo personal para no querer volver a ver su edificio, confesó: "Pienso que mi salud sufriría, o bien me partiría por la mitad de la alegría".

Tras tener que abandonar la construcción de la Ópera de Sydney en 1966, Jørn Utzon hizo escala en Mallorca. La isla le fascinó hasta el punto de llegar a construirse una casa de verano. La situó frente al Mediterráneo, sobre un acantilado cercano a un pequeño pueblo de pescadores, y le dio el nombre de su mujer, Lis. En 1994, se vio obligado a dejar la vivienda, que se había convertido en un lugar de peregrinación para arquitectos. Construyó otra casa, Can Feliz, también en Mallorca, pero esta vez la situación de la misma se guarda en absoluto secreto.

Can Lis
Buscando en Porto Pietro un refugio ideal durante sus vacaciones, en 1972 Utzon construyó Can Lis. El lugar elegido hacía referencia a su legendario escrito "Plataformas y Mesetas", consecuencia del viaje que realizó en 1949 a las pirámides mayas de Méjico. La casa estaría al borde de un acantilado, entre mirtos y pinos, con una vista extraordinaria del mar.
El material principal de la construcción fue una arenisca local, la piedra de marés, que varía del color dorado al rosáceo. El concepto original de la vivienda es el mismo de la casa que Utzon iba a construirse en Sydney; una secuencia de pabellones enlazados por una tapia y dispuestos dando respuesta a las distintas funciones de la vivienda a lo largo del día. Él la explica con la historia que la novelista danesa Karen Blixen escribió sobre los granjeros africanos en Memorias de África: "Les era imposible construir sus casas ordenadas en línea recta porque ellas seguían un orden que estaba basado en la posición del Sol, en la de los árboles y en las relaciones entre las edificaciones". Las orientaciones de los pabellones de Can Lis seleccionan vistas al Mediterráneo, de ahí que el mobiliario sea fijo, hecho de obra y acabado con azulejos brillantes. Así, por ejemplo, desde el sofá semicircular en el cuarto de estar de Can Lis se sigue el recorrido del Sol hasta que, al anochecer, se acaba mirando al fuego de la chimenea. Además, al tener las carpinterías de las ventanas montadas en la cara exterior de los muros, éstas no son visibles desde el interior, con lo que se potencia el efecto de la luz que difumina los límites entre el interior en penumbra y el cegador sol mediterráneo. Por todo ello, la vida de la familia sigue una ruta a lo largo del día que parece perseguir el trazado recorrido por el Sol.
Utzon desarrolló una nueva tipología de vivienda en Can Lis, la casa del Sol, de la cual todos tenemos mucho que aprender. De hecho, el arquitecto nos ha detallado, con sonrisas, las innumerables visitas de autobuses llenos de arquitectos que llegaban a visitar su vivienda.


Can Feliz
Habían pasado veintidós años desde la construcción de Can Lis cuando Jørn Utzon y su esposa decidieron vivir la mayor parte del año en Mallorca. Debido al alto grado de humedad en invierno cedieron la casa a sus hijos y se trasladaron a una nueva vivienda que llamaron Can Feliz. Ésta se encuentra en las montañas, lejos de la brisa húmeda, y mirando a través de grandes ventanales las verdes pinadas que llegan hasta el mar.
Aunque ambas casas parten de la misma noción de plataforma como elemento arquitectónico y utilizan idénticos materiales, esta segunda es una casa de montaña más integrada con las construcciones tradicionales de la isla, hasta el punto de llegar a pasar desapercibida. Can Feliz gira en torno a una terraza y está construida bajo un único techo con cubiertas de teja árabe.
Por mucho que Utzon nos haya insistido en su alegría por recibir visitas, el hecho que la vivienda sea tan difícil de localizar ha contribuido a la creación del mito del arquitecto maltratado que se aísla en su refugio. Can Feliz aparece en publicaciones como si se tratase de un lugar mágico y, por supuesto, contando con el requisito indispensable de toda utopía: aparte de unas cualidades maravillosas, debe de existir un vacío insuperable con el resto del mundo. Del mismo modo como empiezan las novelas de tierras mágicas, todas comienzan con la pérdida de la memoria del náufrago que no sabe cómo llegó a la isla, o con el inevitable ataque de tos de un sirviente en el momento justo cuando el narrador nos revela las coordenadas secretas; los artículos publicados sobre Can Feliz son relatos de visitantes que afirman que no pueden recordar el camino que conduce a la casa.

Fotógrafo: Søren Kuhn
Pie de fotos.
a. Jørn Utzon (n. 1918) arquitecto, en Can Feliz (1994).
b. Buscando un refugio ideal para sus vacaciones, Utzon construyó Can Lis (1972), localizada entre mirtos y pinos, con una vista extraordinaria del mar.
c. Can Lis. 1. patio, 2. comedor, 3. cocina, 4. estudio, 5. entrada, 6. porche, 7. salón, 8. dormitorio.
d. Desde el sofá semicircular en el cuarto de estar en Can Lis se sigue el recorrido del Sol hasta que, al anochecer, se acaba mirando al fuego de la chimenea.
e. Can Feliz. 1. entrada, 2. hall, 3. patio, 4. nivel superior salón, 5. nivel inferior salón, 6. cocina, 7. comedor, 8. porche, 9. dormitorio, 10. terraza, 11. piscina.
f. Las brillantes cerámicas de la cocina en Can Feliz hacen referencia a los métodos de construcción tradicionales de la isla.